El pasado domingo, día 7, nos dejaba el Rufo, mi perrito.
No llores por mí... Me
has dado un hogar donde cobijarme, me has proporcionado alimento y, sobre todo,
me has dado tu amor y tu compañía. Lo último que querría es verte sufrir por mí.
Ahora que no estoy contigo, no quiero verte triste. Deseo que cuando pienses en
mí sonrías, pues así sabré que mi recuerdo te hace feliz. Quiero que recuerdes
los buenos momentos que compartíamos, nuestras muestras de cariño, nuestros
juegos..., y si alguna vez te defraude, o me porté mal, perdóname... Y por
favor, no tires mis juguetes, ni mi cama, ni mis cosas; porque en este mundo
hay muchos otros colegas que viven en soledad, tristes y sin cariño... Muchos
que darían su vida por compartir la tuya. No; no lo digas, no digas que no
quieres tener más animales... Eso me hace pensar que el tiempo que estuve
contigo no te hice feliz. Por favor, que mi muerte no sea en vano, que sirva
para que otro tenga la suerte de poder vivir y conocer lo maravillosa que es tu
amistad, que conozca la verdadera "vida de perro", que descubra el cariño...
No estés triste... Yo no lo estoy, porque sé que guardas ese rinconcito
especial para mí en tu corazón...
Autor desconocido
No hay comentarios:
Publicar un comentario